Su existencia en documentos se remonta al siglo XIII, como parte del territorio que dependía del Castillo de Caracuel, en una zona donde se atestiguan con anterioridad numerosas alquerías musulmanas. Antiguamente esta localidad atendía al nombre de «La Cañada del Moral» y se dividía en dos barrios por el arroyo que atraviesa el municipio. Más adelante se independizó de Caracuel en 1511 para formar una villa propia, que con posterioridad se agregaría en lo enclesiástico a Corral de Calatrava.